Uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros hijos, no sólo para el presente, sino sobre todo para el futuro, es la confianza.Y, a veces no es fácil. Los padres tenemos miedo y tendemos a sobreproteger a nuestros hijos, a veces, solemos a no darles crédito a lo que hacen. Para confiar en los hijos hace falta ser valiente, soltar el miedo y también confiar en nosotros mismos. Fomentar la confianza es la mejor manera de fomentar su autoestima, hacer que se sientan valorados y que después, de adultos confíen en nosotros y se fíen en su criterio.
Hoy les dejamos unos tips para aumentar nuestra confianza en los niños. Los que a nosotros se nos han ocurrido. Puedes añadir todos los que quieras. La confianza no debería tener límites.
1. Los niños tienen una capacidad de aprendizaje enorme y hay que dejarlos. Tal vez no es demasiado aconsejable dejarles usar el cuchillo de sierra cuando tienen dos años, pero sí pueden usar las tijeras de punta redonda cuando ya tienen seis. Si les permites intentar hacer cosas por su cuenta, su confianza en ellos mismos aumentará y también aumentará su autonomía. A la larga se agradece.
2. Los niños tienen una gran sensibilidad, están muy cerca de ellos mismos. Si te dice que no tiene frío, probablemente no tenga frío. Si te quedas más tranquila puedes llevar tú su abrigo en la mano por si después cambia de opinión.
3. Caerse no es tan malo. A menos que sea desde una altura muy alta. Si le dejas saltar, correr y trepar puede ser que alguna vez llegue a hacerse daño, pero la mayor parte de las veces sólo disfrutará. La libertad de movimientos es fundamental para el desarrollo.
4. Los niños muy pequeños no mienten, como mucho te cuentan su propia percepción de la realidad. Si te cuenta algo, pon interés e intenta creerle.
5. De acuerdo, los niños no tienen sentido de la moda, pero tampoco tienen sentido del ridículo. Dejar que elijan su propia ropa es un buen ejercicio para fomentar la confianza. Aunque no vayan conjuntados.
6. Los niños siempre quieren ayudar, tal vez no puedas dejar que planchen, pero puedes animarles a fregar los platos. No pasa nada si se rompe alguno.
7. Tu hijo es una persona única y diferente a ti y tiene sus propias opiniones. Respétalas aunque no estés de acuerdo. Si puedes, apóyale todo lo que haga falta.
8. Los niños son buenos, generosos, altruistas, solidarios y, a diferencia de los adultos, no tienen casi maldad. Son inocentes. Confía en ello.
Muchas veces por falta de tiempo, prisas o miedos propios dejamos de confiar en nuestros hijos, pero confiar en ellos ahora es la mejor manera de que ellos lo hagan en ti mañana. Cuando los problemas sean mayores.
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